Así de bello es el altar donde se hará la eucaristía solemne de Chiquinquirá: La feligresía comienza a llegar a la plazoleta
Como todos los años, incluso los de pandemia, la feligresía zuliana comienza a llagar a las puertas de la Basílica Santuario de nuestra señora de Chiquinquirá, en Maracaibo, para ver de cerca a su china amada.
Escuchar cada una de las plegarias, peticiones, agradecimientos e historia que dan fe de la devoción de un pueblo a la madre de Dios es cada vez más sorprendente. Son inagotables los relatos de quienes vienen de otras latitudes o de los que viven en Maracaibo
Durante toda la madrugada, los devotos de la virgen de Chiquinquirá participaron en la serenata brindada por los gaiteros en la plazoleta, además de las misas que cada hora se realizaron hasta la mañana de este 18 de noviembre.
Las puertas del templo permanecieron abiertas hasta las 12 de mediodía, durante la mañana cientos de fieles visitaron a la venerada tablita.
Desde las 2 de la tarde, decenas de grupos están en la plazoleta para tener el mejor, puesto que les permitirá participar en la eucaristía que este año estará presidida por Monseñor Edgar Peña, sacerdote zuliano que actualmente ocupa el cargo de Sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, siendo el tercero en la cadena de mando de la Santa Sede en Roma.
Testimonios
Mileinys Verde, unas de las primeras en llegar a la plazoleta de la Basílica este 18 de noviembre, contó como la Virgen de Chiquinquirá la curó de un problema motor en sus piernas
“Vine aquel año en bastón, ya había pasado por silla de ruedas, andadera, muleta, lleguen bastón y el médico me prohibió arrodillarme, en ese momento yo me le arrodillé, a ella y hasta el sol de hoy he caminado sin problemas, siempre vengo a ella, a estar aquí cerca de la Virgen“
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Alys Bravo comentó, desde la plazoleta de la basílica, la tarde de este viernes, que rezo mucho por su nieta que atravesó, como muchos venezolanos, la selva del Darien.
«Ella y su esposo pasaron por muchas cosas difíciles en esa selva de Panamá, un día estaban muy mojados y vieron una bolsa que venía flotando por el río, y cuando la abrieron se dieron cuentan que eran sabanas muy limpias y secas y pudieron resguardarse del frío, en ese mismo momento nosotros estábamos rezando el rosario a la Chiquinquirá por ella, por mi nieta, eso fue un milagro y hoy vengo a darle las gracias por ese favor»
Gerard Torres/ CNP 13.860/ Es Con Usted
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