“No todos están invitados a sentarse en la mesa de mi vida, algunos solo por un rato, otros un instante y contados con los dedos de las manos, los que estarán para siempre”.

Fue un gusto conocerte, que te vaya bien. Gracias por todo.

A veces las despedidas son dolorosas y otras, por muy tristes que sean, dan alegría, gozo y satisfacción por el tiempo compartido, el aprendizaje y porque de cierta manera, el irse significa en algunos casos dar un paso hacia algo mejor.

Que lindo es conocer a personas que, aunque sabes que te acompañarán solo por un corto tiempo, dejan en ti un sabor dulce por lo bonito que fue coincidir en gustos, risas, conversaciones y puntos de vista, porque esos momentos se convierten en un agradable recuerdo que con el tiempo agradeces vivir.

Valorar ese tiempo es esencial, porque en la sencillez está la belleza y la felicidad. Por tanto, aprovechar este compartir nos hace sentir bien y nos produce bienestar en general. Además, nos ayuda a enriquecer nuestras experiencias de vida para crecer.

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No siempre todas las personas con las que coincides llegan para quedarse por siempre, algunos solo pasan para enseñarte algo e irse, siendo temporal. A diferencia de otros que se quedan convirtiéndose a la larga en una relación sólida.

Absorber lo mejor de otras personas es una ventaja que debemos ganar siempre. Resaltar las virtudes por encima de los defectos y que las cosas buenas se queden en nuestra mente y corazón. Desechando siempre lo malo y lo que no ayuda en ningún sentido.

La vida o el destino va presentando muchas personas en nuestro camino, quizás las mejores son las que se quedan, porque los vínculos se hacen más fuertes y son más sinceros. Son aquellas personas que establecen lazos fuertes con nuestro mundo emocional y por eso, quedan grabadas en nuestros corazones.

También debemos reconocer que depende de cómo somos nosotros con los demás, hace que los otros se queden o se vayan. Esto de cierta manera, determina el hecho de que algunas personas se acerquen o no y nos da la oportunidad de abrir nuestro abanico social.

A veces sucede que echamos de menos a personas con las que no mantenemos contactos, por la distancia, el tiempo o circunstancias ajenas a nosotros, pero, aun así, las queremos y siempre van a ser especiales para nosotros. Así como, hay otras situaciones en las que queremos mucho a alguien, pero es mejor permanecer alejados porque no hace bien estar en contacto.

También hay otras relaciones que entorpecen nuestro crecimiento o cumplimiento de metas por actitudes dañinas o mala influencia y, por ende, esas personas no deben permanecer en nuestras vidas.

Existen relaciones frágiles y sólidas dependiendo de cómo se desarrolle el trato, la convivencia, el compartir momentos, lo que tengan en común, los intereses, compatibilidad; entre otras cosas.

Sin embargo, podemos trabajar para establecer conexiones fuertes y lazos duraderos para construir buenos cimientos a fin de tener relaciones perdurables en el tiempo. Podemos empezar por respetar el ser, la forma de pensar y opiniones de los demás, así como escuchar sin juzgar.

Comprender y tener empatía. Ser amables y detallistas. Mantener una buena actitud y ser optimistas. Compartir y agradecer.

Recuerda siempre quedarte con lo bueno y valorar las virtudes sobre los defectos. Entender que cada quien da lo que es.

Escrito por Aylen Bucobo / En todas las Redes Sociales @aylenbucobo

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