Al menos 237 personas, entre ellas 142 civiles, murieron en dos días de enfrentamientos entre las fuerzas de la nueva administración de Siria y grupos leales al depuesto presidente Bachar al Asad en las provincias costeras del país, informó este viernes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La ONG indicó que la violencia concentrada principalmente en las provincias mediterráneas de Latakia y Tartús ha causado la muerte de 50 miembros de los ministerios de Defensa e Interior de las nuevas autoridades de Damasco, de 45 combatientes leales a Al Asad y de 142 civiles, entre ellos cinco niños y diez mujeres.
El Observatorio, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, apuntó que entre los civiles muertos se encuentran al menos 136 civiles de la minoría alauita ejecutados por las nuevas fuerzas de seguridad en los últimos dos días en esas provincias.
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«Las fuerzas de seguridad ejecutan a 136 alauitas, entre ellos niños y mujeres», dijo la ONG, cuyo director, Rami Abdelrahmán, hizo un llamamiento al presidente interino de Siria, Ahmed al Sharaa, para que «forme un comité judicial independiente para investigar» los hechos.
La nueva administración siria no ha reconocido explícitamente estas ejecuciones, si bien una fuente del Ministerio de Interior dijo a la agencia oficial de noticias SANA que, después de que grupos pro Al Asad asesinaran a efectivos de seguridad, «grandes multitudes» se dirigieron a la costa y cometieron «algunas violaciones individuales».
«Estamos trabajando para detener estas violaciones, que no representan al pueblo sirio en general», añadió la fuente.
Por su parte, el jefe de la Inteligencia siria, Anas Jattab, dijo a SANA que «algunas bandas que huyen de la justicia» cometieron «prácticas criminales y bárbaras», sin dar más detalles, al tiempo que afirmó que los efectivos de seguridad sirios están instruido en el «autocontrol y el buen trato hacia los demás».
Asimismo, el Ministerio de Defensa sirio dijo en un comunicado que está dando seguimiento «a todas las violaciones ocurridas durante las operaciones militares, que son objeto de monitoreo continuo».
Estos enfrentamientos, los más mortíferos desde la caída del expresidente, estallaron tras los ataques de grupos pro Al Asad contra las fuerzas de seguridad y han despertado temores a un nuevo conflicto sectario en un momento en el que las autoridades de Damasco están tratando de dar una imagen de unidad entre las diferentes etnias y confesiones que conviven en Siria.
La minoría alauita representa alrededor del 10 % de la población siria y es la rama del islam chií que profesa la familia Al Asad, cuyos principales feudos se encontraban en las provincias de Latakia y Tartús.
EFE
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