¿Qué es el hoovering? Cómo identificar esta manipulación emocional
¿Alguna vez has sentido que alguien intenta «volver a atraparte» después de haberte hecho daño? Ese comportamiento tiene un nombre: hoovering. El término proviene del inglés y se usa para describir cómo ciertas personas, con habilidad casi calculada, intentan «aspirar» de vuelta a su vida a quienes han intentado alejarse de ellas.
A diferencia de una reconciliación genuina, basada en el arrepentimiento sincero y el deseo mutuo de mejorar la relación, el hoovering se centra en manipular emociones, como la culpa, el miedo o la nostalgia, para recuperar el control sobre una persona. Te invitamos a conocer más sobre este juego de poder emocional.
¿En qué consiste el hoovering?
Se trata de una táctica de manipulación utilizada por personas narcisistas para recuperar el control emocional sobre alguien que ha intentado distanciarse de ellos. Es una forma de abuso en la que pueden mantener su «suministro narcisista», como se le conoce a la atención, admiración y validación emocional que necesitan para alimentar su ego.
El hoovering es un término reciente, perteneciente a un campo popularizado de la psicología popular y la literatura de autoayuda. Una de sus referencias más antiguas se encuentra en el Urban Dictionary, en donde se describió en agosto del 2010 de la siguiente manera: Ser manipulado para volver a una relación con amenazas de suicidio, autolesiones o amenazas de falsas acusaciones criminales. Manipulación de relaciones a menudo asociada con individuos que sufren de trastornos de personalidad como el trastorno límite de la personalidad o el trastorno narcisista de la personalidad.
Las personas que utilizan esta manipulación buscan mantener a su víctima en un estado de incertidumbre, desorientación y dependencia emocional. Esto puede ocurrir no solo en relaciones amorosas, sino también en dinámicas familiares, laborales o de amistad, donde el manipulador busca siempre estar en el centro de la atención y controlar a los demás.
Además, suele ir de la mano con otras tácticas manipulativas como el gaslighting (hacer dudar a la víctima de su realidad) y el orbiting (observar de cerca sin interactuar). Estas prácticas pueden causar un gran daño emocional, manteniendo a la víctima en un estado de confusión, ansiedad y dependencia.
¿Cuáles son sus características?
El hoovering puede presentarse como mensajes cargados de nostalgia, promesas de cambio o incluso intentos de hacer sentir a la otra persona culpable. Aprender a reconocer este comportamiento es esencial para protegerte y priorizar tu bienestar emocional. Estas son las principales características de esta técnica de manipulación emocional.
1. Uso de la nostalgia y recuerdos felices
El manipulador recurre a momentos compartidos que fueron significativos para la víctima, como las primeras citas, celebraciones o incluso situaciones cotidianas que parecían felices en su momento. La evocación de estos recuerdos felices busca reactivar las emociones de la otra persona, haciéndola cuestionar si su decisión de alejarse fue la correcta.
Por ejemplo, el narcisista podría decir: «¿Recuerdas aquella vez que fuimos a esa cena tan especial? Fue el mejor momento de mi vida y no creo que nuestra relación deba terminar por algo tan trivial». Con este bello recuerdo, la víctima puede llegar a idealizar la relación y olvidar las dinámicas tóxicas previas.
2. Promesas vacías de cambio o mejora personal
Una de las tácticas más comunes de este tipo de manipulación emocional es ofrecer promesas de cambio sin la intención de cumplirlas. El abusador puede afirmar que está dispuesto a mejorar, incluso a hacer terapia o cambiar de comportamiento, pero estas promesas son solo palabras vacías diseñadas para atraer de nuevo la atención de la víctima.
«Sé que he cometido errores, pero lo juro, esta vez será diferente» puede ser una frase recurrente en sus disculpas. La otra persona, impulsada por la esperanza de un cambio genuino, podría sentirse obligada a dar una segunda oportunidad, sin darse cuenta de que la promesa nunca se cumplirá.
3. Generación de culpa
Muchas veces, la persona que manipula usa la culpa como una herramienta poderosa para hacer sentir al otro que la ruptura fue su responsabilidad. Frases como: «Me dejaste cuando más te necesitaba» o «si tan solo me hubieras apoyado más, todo esto podría haberse evitado» son muy frecuentes.
El objetivo es que la víctima se sienta responsable del sufrimiento del manipulador y considere regresar para «arreglar» lo que, según él, fue un error. La manipulación emocional puede calar hondo en el corazón de la otra persona, haciendo que cuestione su decisión de alejarse y sienta una obligación moral de regresar.
4. Debilitamiento de la independencia emocional
Una de las estrategias más crueles del hoovering es succionar la autoestima y la independencia emocional de la víctima. Comentarios como: «No sabes cómo hacer las cosas sin mí» o «nadie te va a querer como yo lo hice» buscan sembrar inseguridad y dependencia.
La persona narcisista está consciente de que, al hacer que el otro dude de su capacidad para sobrevivir sin él, puede ejercer mayor control. La víctima puede sentirse incapaz de seguir adelante y buscar la «seguridad» que ofrece la relación, a pesar de ser tóxica.
5. Dramatización o victimización extrema
En algunos casos, el manipulador emocional puede recurrir a dramatizar problemas personales para obtener compasión o hacer que la víctima sienta que tiene una responsabilidad de apoyo. A menudo, exageran problemas, como enfermedades graves, depresión o incluso situaciones laborales o familiares extremas.
«Estoy tan enfermo, y no te importa dejarme. Si lo haces, no sé si podré soportarlo», podría ser una frase utilizada para despertar la simpatía de quien desea alejarse, haciéndolo sentir culpable de su sufrimiento y obligado a regresar.
6. Uso de terceros para presionar emocionalmente
Esta táctica se puede observar en comportamientos como recurrir a amigos, familiares o incluso conocidos para intervenir y convencer a la víctima de que regrese. Estos terceros son manipulados por el mismo narcisista y, en algunos casos, pueden ser conscientes de la situación y actuar como agentes externos de presión.
Por ejemplo, un amigo cercano podría decir: «Me habló de lo mal que está, y dice que no puede seguir adelante sin ti. Te necesita, ¿realmente lo vas a dejar solo?» Este tipo de presión aumenta la carga emocional y puede hacer que la persona se sienta atrapada entre su propio deseo de terminar la relación y la presión externa.
7. Amenazas encubiertas o intentos de suicidio
Según información de SafeLives UK, organización dedicada a acabar con el abuso doméstico, el hoovering puede ser tan simple como un «te amo» o tan intenso como amenazas de suicidio o mentiras. Este comportamiento busca generar un sentido de culpa y responsabilidad, haciendo que el otro sienta que es la única persona que puede evitar una tragedia.
8. Falsas acusaciones criminales o manipulaciones legales
El hoovering es una técnica de manipulación emocional tan cruel y narcisista que algunas personas pueden recurrir a amenazas de hacer falsas acusaciones criminales o de crear situaciones legales que perjudiquen a la víctima.
Esta táctica es muy peligrosa porque genera un miedo real sobre las repercusiones legales de cortar la relación. «Si no vuelves, voy a decirle a la policía que me agrediste», es un ejemplo de una amenaza que puede hacer que la víctima se sienta atrapada y asustada de las consecuencias legales, a pesar de que la acusación sea completamente falsa.
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