La decepción
“La decepción es la forma más rápida de superar a una persona”, anónimo.
Duele cuando alguien cercano nos falla, trata mal, desvaloriza o traiciona. El dolor se hace inevitable y de repente, no sabemos cómo responder o actuar ante esa situación.
Cuando te decepcionan duele y de una manera casi inmediata, esa persona pasó de ser alguien que estimabas o querías, a alguien que se convierte en un cero a la izquierda, en nadie.
El amor, cariño o afecto que sentías por esa persona, de la noche a la mañana desaparece. Te deja de preocupar e interesar.
Es importante que ante una decepción no cargues con culpas que no te pertenecen por acciones ajenas. Te invito a que aceptes lo sucedido y validez lo que sientes sin minimizarlo. A que vivas el proceso de duelo y sigas adelante.
El primer paso para sanar es reconocer lo que sucedió, dándole la importancia que amerita. Enfrentarlo sin tapar el sol con un dedo, es decir, no aceptar que te decepcionaron, fallaron, engañaron, utilizaron o traicionaron es prolongar el dolor. Por tanto, no intentes hacer que no pasó.
Vive el dolor. La decepción trae emociones como la tristeza, impotencia, enojo y vacío, porque alguien que tú apreciabas rompió tu confianza. Date la oportunidad de sentir estas emociones, para aprender a ser más fuerte.
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Cuando alguien te decepciona, es bueno que así como afrontas lo sucedido, revises tus relaciones interpersonales y las expectativas que tienes de vida.
Es sano que evalúes si eres muy exigente o te creas altas expectativas de las personas, o si esperas siempre que los demás te paguen con la misma moneda: así como das, esperar recibir. Esto te ayudará a ser más realista en situaciones venideras, si tu actuar es razonable y si debes abrirte o no, con ciertas personas.
Ser una persona cerrada que no cuenta sus cosas, no está mal. Es normal no querer exponer la vida personal. Esto no quiere decir, que desconfíes de las personas que te rodean y que pienses que todos son malos.
Al contrario, ser una persona selectiva podría ayudarte a no decepcionarte, porque eliges con cuidado a quién confiar tu vida. Sin embargo, esto no es garantía de que alguien pueda fallarte.
Hay actitudes, situaciones y respuestas que son señales de alerta. Te avisan que algo no está bien. Si prestas más atención a estos signos podría evitarte una decepción. Por muy difícil que sea, a veces hay que decidir alejarnos de manera definitiva de alguien, para evitar un daño mayor más adelante.
Está bien que necesites compartir o desahogar lo que te ocurrió. Sobre todo con personas que te escuchan sin juzgarte. Nadie está exento de ser víctima de una traición. El conversar lo que sientes porque te decepcionaron, te ayudará a ver desde otro punto de vista la situación, a sentir apoyo y menos peso.
Ten presente que las decepciones nos ayudan a crecer, a ser más fuertes y a prepararnos para situaciones futuras. La idea es no repetir la misma historia.
Conversar con la persona que te decepcionó es una opción para tu propio bienestar. Expresarle que te sientes desvalorizada, que te desilusionó, que te dolió mucho lo que te hizo y que quizás te cueste perdonarlo, o que no le guardes rencor, pero no quieres tener ningún tipo de comunicación, contacto o relación.
Es sano limpiar tu círculo social. Mantente cerca de las personas que te valoran, te hacen sentir bien y son luz para tu camino. Aquellas que te dan buenas sugerencias, conversaciones productivas y que te hacen reír. Positivas y que siempre busquen resaltar las virtudes de los demás.
Si te decepcionas, pasa la página y sigue adelante. ¡El que quedó mal, fue él (o ella), no tú!
Escrito por Aylen Bucobo
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