La Chinita se reencuentra con su pueblo para bendecirlo
Entre oraciones, gaitas y una fe desbordada la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, desciende de su nicho en la basílica a San Juan de Dios, para reencontrarse con su pueblo este sábado.
Todo está dispuesto en el templo que la cobija, cuidando cada detalle para que La Chinita sea venerada por su feligresía.
Bajo las medidas de bioseguridad, a las 5:00 de la tarde, está pautado que inicie la celebración eucarística presidida por monseñor José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo.
La Plazoleta de la Basílica será de nuevo el lugar de concentración de sus hijos que la veneran para recibirla llena de gozo y amor, luego del confinamiento producto de la pandemia del covid-19.
Entre gaitas y flores
Como es tradición, al ritmo de la gaita de Los Chiquinquireños iniciará su descenso del camerin por el tobogan que la conducirá a las puertas del templo, donde será recibida en un altar rodeado de flores y la promesa cumplida en cada corazón mariano.
Al culminar la ceremonia, La Dama del Saladillo saldrá en procesión en los hombros de los Servidores de María y recorrerá las calles adyacentes a la Basílica.
El párroco de la Basílica, Nedward Andrade, recuerda que se cumplen 313 años de la renovación de la Sagrada Reliquia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, «Misionera de Bondad y Misericordia».
Estas festividades estarán enmarcadas en los 80 años de la Coronación Canónica y del himno de la patrona del Zulia, “El Gloria a ti, Casta Señora”, y la continuidad del año jubilar por 125 años de la Creación de la Diócesis del Zulia, hoy Arquidiócesis de Maracaibo.
Amor recíproco
Este sábado, la Reina Morena estará ataviada con un manto de color rojo, diseñado por la señora Mirian Rodríguez. Está inspirado en María, reina del Zulia y rememora los 125 años de la creación de la Diócesis. Miles de cristales dan forma a estas siluetas, bordadas en dorado, plata y azul.
En el centro se exhibe el mapa del estado Zulia con el Relámpago del Catatumbo, bañado por el Lago de Maracaibo a cuyas orillas llegó la Sagrada Tablita para quedarse y ser venerada.
Este manto es una historia viva de amor recíproco entre madre e hijo. El rojo evoca la fuerza del Espíritu Santo que mueve a la Iglesia santificando todo y reflejando el amor de este pueblo por su Virgen Morena.
Milagros Medina / CNP 9.223 / Es Con Usted
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