El país de las alcabalas
Eso es más hipócrita que un saludo de alcabala.
El Musiu Lacaverie.
Para presumir con ustedes de ser un tipo culto, cortesía de Google, la palabra alcabala es de un origen etimológico árabe-hispánico que precede del vocablo al-qabala que viene significando algo así como. El contrato.
Era un tributo indirecto de las actividades comerciales que contaba con recaudadores. En Castilla se impusieron a partir de las cortes de Burgos desde 1342 y que luego se extendió al resto del imperio como el mayor fuente de ingreso de la hacienda del imperio español. Supongo que hasta que nos encontraron y nos cambiaron el oro por espejitos.
En Venezuela se conoce como alcabalas a los puestos policiales o militares que pululan en las carreteras, entradas y salidas de ciudades, pueblos, asentamientos o invasiones a lo largo y ancho de maltratada vialidad nacional.
Yo solamente tengo un variado anecdotario de experiencias alcabaleras. Que incluyen la desaparición mágica del celular en la revisión de maletas de una compañera de viaje, una detención arbitraria de unas cuatro horas debido a la mala cara del amigo que me daba una cola a Caracas, según el criterio de un funcionario militar que era el auténtico propietario de la cara de culo. He visto decomisos desde un paquete de harina hasta de dólares para subsidiar frescos, cigarrillos y cualquier cosa inimaginable para los panas alcabaleros que la divisa es su honor.
Ni decir de quienes trasladan sus mercancías, verduras, alimentos con sus papeles en regla a los que les saldría más barato repartir cajas de CLAP a nuestras mal pagadas autoridades en cada una de esas paradas obligatorias.
A decir verdad las Alcabalas son en realidad muy poco eficientes para detener y reprimir a la criminalidad con las manos en la masa. No alcanza el 2 por ciento.
Siguen siendo después de muchos años el mejor ejemplo de algo que suelo llamar la irrelevancia del espejismo de creernos seguros por los caminos de la nación.
Me acuerdo de la canción de Aldemaro Romero. Carretera que dice.
Carretera, acordate, carretera Que me ahoga la distancia, de qué manera, de qué manera.
No es la distancia la que ahoga, sino las inútiles alcabalas que alargan cualquier viaje. Sabemos que no es algo nuevo, pero es algo que se ha crecido como las cosas veredes de la pelazón nacional.
Conociendo la autoridad de quiénes prometen corregir los abusos cotidianos en las Alcabalas, seguramente pronto veremos alguna petición a la gente del récord Guinnes para reconocer el
predominio mundial de esos promontorios de asfalto en nuestras carreteras, conocidos vulgarmente como policías acostados.
Y que una cosa tape a la otra. Cómo nos ha enseñado la costumbre.
Opinión Por Amos Smith