El afecto
“Las conexiones que nacen del corazón, son para toda la vida”
No es lo mismo coincidir con alguien por circunstancias de la vida, que conectar con esa persona.
La conexión real es la que nace del corazón y esa, es la que perdura en el tiempo, se fortalece y consolida con los años.
Exactamente es allí, donde inician las mejores amistades de nuestras vidas y los amores que nos sorprenden, esos que no esperamos.
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En nuestra vida cotidiana coincidimos con muchas personas en los distintos ámbitos en los cuales nos desarrollamos, bien sea en el trabajo, la universidad, sitios de entretenimiento y ocio, en la calle; entre otros lugares. Sin embargo, solamente llegamos a conectar con algunas personas.
Aunque parece irreal, todos tenemos una voz interior, puede ser la conciencia que nos dice que está mal o qué está bien, y también, nos avisa por medio de la intuición con quién o quiénes podemos establecer una relación que sea algo más que una conversación casual, como una amistad o de afecto amoroso.
Conectar con profundidad no es algo que se dé por casualidad, pues todo lo que nos sucede día a día tiene un significado, un por qué y para qué, sobre todo si trabajamos por ser resilientes.
Así que, en la medida que esta voz interior nos hable, sabremos si alguien puede ser relevante o significativo para nuestras vidas.
Las miradas no se perfilan como una conexión profunda, es algo que va más allá y que tiene que ver, con el trato, la interacción, la convivencia y el compartir.
De hecho, cuando las personas comunican sus intimidades, cuentan sus secretos y sueños, es cuando nace esa conexión. Incluso cuando comparten gustos, valores y experiencias, se desarrolla esa conexión y empieza a aparecer la confianza, que con el tiempo se puede ir afianzando.
Todo esto nos lleva a sentirnos con esa persona feliz, segura, protegida y cómoda. Asimismo, a buscar siempre el poder convivir, tener experiencias, compartir pasiones y se van generando lazos estrechos que con el tiempo se convierten en una amistad sólida o en amor de pareja.
Si bien esto es algo que fluye solo, también es cierto que depende de la apertura que nosotros tengamos hacia los demás, ya que no es fácil llegar a construir este tipo de conexiones y mantenerlas con el tiempo.
Otro tema, es mantener este tipo de conexiones, estableciendo vínculos fuertes durante día a día. Para llegar a ello, debemos aplicar simplemente el poder abrimos con las personas, generar confianza y hablar con sinceridad. De esa manera, quedaría una puerta abierta para dar oportunidad a una conexión.
Es importante tener una mente abierta y estar dispuestos a conocer a los demás sin prejuicios que podrían condicionar nuestra relación con esa persona. Darnos la oportunidad de conocer, observar, escuchar y ser libres de decidir por convicción propia si se da o no una conexión estable.
Siempre es bueno y sano tomarse un tiempo para conocerse, por eso es importante el compartir.
Conectar con otra persona es como si ambos mundos chocaran en mente y corazón. Es cuando todos los sentimientos y emociones de pronto se encuentran y comienzan a armonizar. Es cuando nos sentimos muy bien en compañía de esa persona.
Simplemente las personas se conectan y esa relación se convierte en un lazo estrecho en complicidad, armonía, confianza, afecto y mucho más.
Conectar es como tener una buena tertulia o conversación con esa persona que empiezas a conocer, que casi no conoces, pero que es tan agradable, se entienden en distintos puntos, que te hace sentir bien y que te provoca ver, compartir e ir por un café.
Escrito por Aylen Bucobo / En todas las Redes Sociales @aylenbucobo
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